¡Elita es caso aparte! Su look de cocinera rompe con todo lo visto hasta el momento. ¡Lleva un atuendo profesional!. Pantalón negro de rayadillo, zuecos negros y chaqueta de chef negra abotonada con puños blancos. Por encima, delantal granate, con la raya de plancha marcada, inmaculadamante limpio. Impresionante. La visitas cuando la ven piensan que en esta casa se cursan banquetes de altos vuelos... También es adicta al gimnasio... y a internet!.
La Visi le informa de los pormenores de sus horarios. Elita le responde a todo un "psé" velado, con una sonrisita que le dibuja hoyuelos en la cara. -Nada de fiar- va diciendo la Visi con ojo clínico y muecas de desaprobación.
Elita tiene un hablar divertido y calmoso, propio de su tierra natal y la señora está entusiasmada con ella, pues es un lugar por el que siente mucha simpatía y apego. -¡Que más vale caer en gracia que ser gracioso!- remata la Visi, comida por el recelo -A ésta la tratan con guante blanco y a la Visi venga trabajo y más trabajo!- Se le están hinchando las narices -y cuando reviente, ¡reventaré!- va amenazando mientras pasa el aspirador, hace camas, tiende ropa y friega baños. Elita pasa por delante de la Visi constantemente; va y viene del gimnasio, se toma una infusión adelgazante, lee el periódico cómodamente sentada en el butacón del planchador. Se despereza y hacia las 12 sale a comprar el pan y algo de comida. -Será hija de...!- la Visi no puede con ella y su falta de consideración. -¡Unos tanto y otros tan poco!- -
A esa mírala, le pagan por "criar culo" y conmigo ponen la lupa a ver si lo tengo todo a punto! ¡Cuánta injusticia hay en el mundo, pordió!- La mujer está más que harta de las diferencias de trato.
Un día coge a la señora por banda y se lo suelta. -Ay, Visi- se le queja ella, -cuesta tanto encontrar a alguien que valga hoy en día!- déjela, no vaya a ser que se nos vaya y la mujer cocina bien, todo sea dicho!- sentencia. -Sí, sí, déjela, déjela, pero la faena pa-mí!- -Antes barría la salita, ahora lo hago yo- La Visi, punteando el pulgar con los demás dedos, empieza a enumerar tareas añadidas -Antes tendía la ropa, ahora hasta le tengo que tender yo sus bragas!- La pobre está a punto de soltar un taco de los gordos y se muerde la lengua por no decirlo, pero los nervios tienen que salir por algun lado. - ¡Pues a partir de ahora yo no quiero trabajar tanto!- Le sale una voz un tanto chillona, reivindicativa -Me iré a las dos y que ella se ocupe de servir la mesa y lo demás. ¡Ya estoy mayor para tantas horas de trabajo!-.
Cae la noticia como una losa. Silencio sepulcral durante 2 segundos. Se oye a una mosca sisear en el cristal antes de la explosión. -¿¿¿¿¿Cómo se le ocurre decirme esto ahora?????- escupe la señora con los ojos inyectados en sangre. -¡Pero si este mes van a venir mis hijos y los nietos a comer casi cada día!. Elita está para la cocina- -Pues con ese uniforme de gala que lleva ya puede salir a la mesa a servir- rechincha la Visi que ya no tiene piedad. Ni con una ni con otra. -Solo hace falta que la despierte un poco, no sea que se le duerma de pie aguantando la bandeja, mientras usted se está sirviendo los macarrones!- Ha iniciado la estrategia de salida y ya no hay quien la pare. Da una patada en el suelo y se pone a barrer con todo el brío del que es capaz. ¡Ella sí que es una profesional!. -¡A mi ya no me la dan con queso nunca más!- va pensando sin hacer caso de los gemidos y quejas de la señora. -¡Ya se apañará!-
Llega el verano y todos a la playa. Elita se va con ellos. Les haría la cena, y desayunaría con los niños. Así los padres podrían dormir un poco más y descansar... A Elita todo le parecía bien. A la vuelta, el personal le preguntaba, expectante -¿Los niños? jeje, son traviesillos, ellos, jeje, pero son graciosos!- contestaba Elita con mirada pícara -¿Mucho trabajo, Elita en la casa de verano?- -Nooo, jeje, sólo tenía que hacerles la cena y darles la leche a los niños en el desayuno, jeje- -Después me iba a la playa hasta las 7 de la tarde!.- -Pero ¿no había mucha gente en la casa?- La Visi se recomía de indignación -¡Pues sí! había muchos invitados. La pobre Loli, la de allá, si que pencaba, si- decía Elita recordando pensativa con cara de asombro y los ojos muy abiertos -Cambios de sábanas, miles de platos y vasos, limpiar la casa, fregar los suelos... ¿Yo que le iba a ayudar? Pero si sólo querían que les hiciera la cena y jugara con los niños en el desayuno!. Y lo hice tan bien que al final me dieron propina y todo!! Fue genial, jeje! Despues de un mes de estar allí, me fui de vacaciones. Estuve en un crucero por el Mediterraneo. ¡Fue chulísimo!-
La Visi no se lo podia creer cuando la escuchaba. Se daba media vuelta y levantaba el brazo cruzándolo por la cara - ¡Así te espabilaba yo!- y se iba a pisotones a buscar el aspirador y las bayetas por no oirla más.
La Visi le informa de los pormenores de sus horarios. Elita le responde a todo un "psé" velado, con una sonrisita que le dibuja hoyuelos en la cara. -Nada de fiar- va diciendo la Visi con ojo clínico y muecas de desaprobación.
Elita tiene un hablar divertido y calmoso, propio de su tierra natal y la señora está entusiasmada con ella, pues es un lugar por el que siente mucha simpatía y apego. -¡Que más vale caer en gracia que ser gracioso!- remata la Visi, comida por el recelo -A ésta la tratan con guante blanco y a la Visi venga trabajo y más trabajo!- Se le están hinchando las narices -y cuando reviente, ¡reventaré!- va amenazando mientras pasa el aspirador, hace camas, tiende ropa y friega baños. Elita pasa por delante de la Visi constantemente; va y viene del gimnasio, se toma una infusión adelgazante, lee el periódico cómodamente sentada en el butacón del planchador. Se despereza y hacia las 12 sale a comprar el pan y algo de comida. -Será hija de...!- la Visi no puede con ella y su falta de consideración. -¡Unos tanto y otros tan poco!- -
A esa mírala, le pagan por "criar culo" y conmigo ponen la lupa a ver si lo tengo todo a punto! ¡Cuánta injusticia hay en el mundo, pordió!- La mujer está más que harta de las diferencias de trato.
Un día coge a la señora por banda y se lo suelta. -Ay, Visi- se le queja ella, -cuesta tanto encontrar a alguien que valga hoy en día!- déjela, no vaya a ser que se nos vaya y la mujer cocina bien, todo sea dicho!- sentencia. -Sí, sí, déjela, déjela, pero la faena pa-mí!- -Antes barría la salita, ahora lo hago yo- La Visi, punteando el pulgar con los demás dedos, empieza a enumerar tareas añadidas -Antes tendía la ropa, ahora hasta le tengo que tender yo sus bragas!- La pobre está a punto de soltar un taco de los gordos y se muerde la lengua por no decirlo, pero los nervios tienen que salir por algun lado. - ¡Pues a partir de ahora yo no quiero trabajar tanto!- Le sale una voz un tanto chillona, reivindicativa -Me iré a las dos y que ella se ocupe de servir la mesa y lo demás. ¡Ya estoy mayor para tantas horas de trabajo!-.
Cae la noticia como una losa. Silencio sepulcral durante 2 segundos. Se oye a una mosca sisear en el cristal antes de la explosión. -¿¿¿¿¿Cómo se le ocurre decirme esto ahora?????- escupe la señora con los ojos inyectados en sangre. -¡Pero si este mes van a venir mis hijos y los nietos a comer casi cada día!. Elita está para la cocina- -Pues con ese uniforme de gala que lleva ya puede salir a la mesa a servir- rechincha la Visi que ya no tiene piedad. Ni con una ni con otra. -Solo hace falta que la despierte un poco, no sea que se le duerma de pie aguantando la bandeja, mientras usted se está sirviendo los macarrones!- Ha iniciado la estrategia de salida y ya no hay quien la pare. Da una patada en el suelo y se pone a barrer con todo el brío del que es capaz. ¡Ella sí que es una profesional!. -¡A mi ya no me la dan con queso nunca más!- va pensando sin hacer caso de los gemidos y quejas de la señora. -¡Ya se apañará!-
Llega el verano y todos a la playa. Elita se va con ellos. Les haría la cena, y desayunaría con los niños. Así los padres podrían dormir un poco más y descansar... A Elita todo le parecía bien. A la vuelta, el personal le preguntaba, expectante -¿Los niños? jeje, son traviesillos, ellos, jeje, pero son graciosos!- contestaba Elita con mirada pícara -¿Mucho trabajo, Elita en la casa de verano?- -Nooo, jeje, sólo tenía que hacerles la cena y darles la leche a los niños en el desayuno, jeje- -Después me iba a la playa hasta las 7 de la tarde!.- -Pero ¿no había mucha gente en la casa?- La Visi se recomía de indignación -¡Pues sí! había muchos invitados. La pobre Loli, la de allá, si que pencaba, si- decía Elita recordando pensativa con cara de asombro y los ojos muy abiertos -Cambios de sábanas, miles de platos y vasos, limpiar la casa, fregar los suelos... ¿Yo que le iba a ayudar? Pero si sólo querían que les hiciera la cena y jugara con los niños en el desayuno!. Y lo hice tan bien que al final me dieron propina y todo!! Fue genial, jeje! Despues de un mes de estar allí, me fui de vacaciones. Estuve en un crucero por el Mediterraneo. ¡Fue chulísimo!-
La Visi no se lo podia creer cuando la escuchaba. Se daba media vuelta y levantaba el brazo cruzándolo por la cara - ¡Así te espabilaba yo!- y se iba a pisotones a buscar el aspirador y las bayetas por no oirla más.
2 comentarios:
Hola Marquesa, voy a intentar publicar este comentario a ver si sale. Me imagino que sabrás quien soy por lo torpe.
Alla va!!!
jhlklj
Publicar un comentario